
Se inició con sus conocimientos humanísticos y religiosos por medio de su párroco; después se traslada junto a su familia a Caracas, es allí donde se dedica a los estudios, además lee todo tipo de libros. Estudia literatura, filosofía, economía y lengua, lo que lo coloca en una posición envidiable entre las personas de su época.
En 1831, es elegido diputado por la Isla de Margarita al Primer Congreso Constitucional de Venezuela, este es el comienzo de su carrera pública. Algunos años después ejerce el cargo de Secretario de la Legación de Londres, donde madura y se amplía su cultura.
En 1858, junto con Manuel Felipe Tovar, dirige el movimiento “Revolución de marzo”, encabezado por Julián Castro, que ocasiona la caída del gobierno de Monagas. Además preside la llamada convención de Valencia, donde sobresale la palabra orientadora de su encendida oratoria, inspirada en lo más profundo de sus convicciones patriótico-nacionales; aunque se dice que por Fermín Toro, desapareció la oratoria en Venezuela.
En 1859, tras ver desechas sus ilusiones con la patria, pues estaba destruida por las guerras civiles (Revolución Federal), lleva a término unas difíciles negociaciones diplomáticas en Madrid.